En sus inicios, se trataba de una pequeña carnicería familiar en la que se vendía sobretodo salchichón, chorizo y morcilla a la humilde gente del propio pueblo y sus alrededores. Poco a poco, esta pequeña carnicería fue evolucionando, convirtiéndose en una gran sala de despiece debido a la gran demanda de sus ricos productos. De este modo, la vivienda familiar se vio obligada a transformarse, dotándose de una maquinaria moderna para cumplir con todos los requisitos legales, siendo esta una fuerte inversión para el negocio.

Actualmente, nos encontramos con una fábrica muy desarrollada, donde la maquinaria y las nuevas tecnologías hace más fácil la elaboración de los productos, aunque sin perder nunca el toque casero, así como su especial secreto, que se encuentra en el sabor tradicional y en la utilización de ingredientes naturales (sal, pimienta, pimentón,…) que hacen especiales sus productos.